El Colegio Oficial de la Psicología de Madrid ha presentado un nuevo proyecto de “Hablemos de…con el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid” con el programa “Hablemos de… Soledad No Deseada”, una iniciativa que se desarrollará a lo largo del año mediante jornadas, debates, mesas redondas y otras actividades para arrojar luz sobre este problema de salud pública y social que afecta a 4.849.900 personas en España, el 11,6% de la población, según datos del Observatorio de Soledad No Deseada SoledadES.
Este proyecto sigue la estela de “Hablemos de… Suicidio”, una iniciativa lanzada en 2021 para dar respuesta a una realidad tabú en la mayoría de las culturas y sociedades a través de distintas campañas de sensibilización.
Hablemos de… Soledad No Deseada”, está coordinado a nivel técnico por el catedrático en Psicología Andrés Losada y su equipo, la también catedrática María Márquez y la ayudante de Doctorado Laura Gallego-Alberto, y busca aportar contexto y soluciones a esta epidemia conductual que va en aumento y que convierte a la Soledad No Deseada en una urgencia social que tiene un impacto global, siendo España uno de los dos países del mundo en los que se espera un mayor crecimiento del porcentaje de Soledad, duplicándose en 2050.
En este aspecto ha incidido el Decano del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, José Antonio Luengo, durante el acto: “Debemos poner todos los medios para detener esta lacra social que se está produciendo en España y que puede tener graves consecuencias en el desarrollo futuro de nuestro país”.
El 70% de las personas afectadas son mujeres y el 43% que padece esta situación en nuestro país tiene más de 65 años, según datos del Observatorio. También las personas jóvenes, cuidadoras, migrantes y que padecen algún tipo problema de salud mental o presentan discapacidad sufren Soledad No Deseada. De hecho, este último colectivo es especialmente vulnerable a padecerla: el 23% de las personas con discapacidad en España se sienten solas con mucha frecuencia.
Durante el acto de presentación, Andrés Losada Baltar, coordinador técnico del proyecto y catedrático de Psicología, explicó que experiencias como el abuso, el bullying y el abuso de nuevas tecnologías en la infancia y adolescencia, el divorcio, la maternidad, el cuidado de un familiar en la mediana edad, transiciones vitales importantes como la jubilación, la falta de relaciones intergeneracionales y la brecha digital en la vejez, son factores precipitantes de Soledad No Deseada.
También vivir solo o tener una baja renta económica son factores que influyen, ya que los bajos ingresos impactan en la calidad de vida y dificulta establecer relaciones sociales en muchos casos.
El grupo de los jóvenes se está significando como uno de los colectivos más vulnerables. Dicen sentirse cada vez más solos y lo achacan a la falta de recursos económicos y a la cantidad de horas al día que pasan en las redes sociales e internet (aplicaciones, foros, videojuegos), aislándose.
Es el caso de Gabriela Delgado, estudiante de universidad que acudió al acto inaugural para contar su historia. “Sentía que estaba en una urna de cristal, todos me podían ver, pero nadie pasaba ni me escuchaba. Es una sensación muy asfixiante, de mucha duda, de vacío. Yo no sabía qué hacer. Todo esto lo sentía a mis 19 años y da mucho miedo”, relató ante el público en el Salón de Actos del Colegio.
También Dolores Parellada, mujer cuidadora, ha notado soledad a raíz del diagnóstico de Alzheimer de su marido: “Hace seis años le diagnosticaron la enfermedad. Cuando él estaba bien, podíamos hacer muchas actividades. Ahora, todo eso se ha acabado. Es muy duro, porque he perdido a mi compañero, aunque esté ahí”, lamentó.
O Raimundo Largo, un hombre de 81 años que pensó en quitarse la vida por el sentimiento de vacío y soledad que le dejó el fallecimiento de su mujer. Raimundo fue descartando esa opción al encontrar vías para salir de la Soledad.
“Estuve 53 años casado con mi mujer cuando falleció el año pasado. Con el paso de los días, empecé a pensar que qué estaba haciendo en este mundo, que lo que tenía que hacer era morirme”, cuenta.
Pero decidió buscar ayuda. “Ahora, voy tirando como puedo. Las personas que estamos solas necesitamos hablar, ilusionarnos y que nos escuchen”.
Consecuencias de la soledad no deseada: efectos negativos en el estado de ánimo, insatisfacción en la relación con el entorno y en la calidad de vida en general, experiencia de “no encajar” y de vacío o falta de sentido de la propia vida. Es un factor de riesgo para la salud mental, empeorando trastornos como la depresión o la ansiedad, pero también para la salud física, propiciando la aparición de enfermedades cardiovasculares, entre otras consecuencias negativas.
A nivel social, la Soledad No Deseada tiene un elevado coste en el sistema de salud en el sentido de que agrava patologías y, en consecuencia, aumentan las bajas laborales, lo que al mismo tiempo se traduce en una disminución de la producción.
Este tipo de soledad es ya asunto de Estado en varios países. Un ejemplo es Japón, que en 2021 creó el Ministerio de la Soledad para combatir este problema ante el debilitamiento de los lazos sociales y el aumento de suicidios. Reino Unido, por su parte, creó en 2018 un área para reconocer el aislamiento social como un grave problema de salud pública. El proyecto “Hablemos de… Soledad No Deseada” aspira a facilitar esta conversación y reflexión nacional sobre este tema de urgencia social, esto es, a convertirlo también en un asunto de Estado en nuestro país.
Diferentes medios de comunicación acudieron a la presentación del programa “Hablemos de… Soledad No Deseada”.
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A continuación puede ver el video de la Presentación del Proyecto:
A continución puede ver el reportaje emitido por Telemadrid: