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Presentación del proyecto "Hablemos de... Sexualidad"

19/06/2024 | COMUNICACIÓN


El Colegio Oficial de la Psicología de Madrid ha presentado este martes “Hablemos de… Sexualidad”, un proyecto de impacto social que busca prevenir problemáticas y acabar con los estigmas que rodean a la Sexualidad humana, siendo la Psicología uno de sus pilares fundamentales, mediante actividades que se desarrollarán a lo largo del año con información científica, rigurosa y de calidad.

El acto de presentación, que ha tenido lugar en el Salón de Actos del Colegio, ha sido inaugurado por el Decano, José Antonio Luengo, quien ha destacado la importancia de estudiar y prevenir este fenómeno que ya está teniendo graves consecuencias en la adolescencia. “Necesitamos poner en marcha medidas y protocolos que ayuden a prevenir estos problemas que están afectando a gran parte de la población”.

Alejandro Villena, psicólogo, sexólogo y coordinador técnico de “Hablemos de… Sexualidad”, destacó la educación afectivo-sexual como piedra angular de la prevención de numerosas problemáticas a las que nos enfrentamos actualmente en materia de Sexualidad y necesaria de abordar para poder vivir una Sexualidad igualitaria, sana y libre como sociedad.

Una de las problemáticas acuciantes en nuestro país es el consumo abusivo de la pornografía.

“Son numerosos los estudios que asocian el aumento de su consumo a comportamientos abusivos en la pareja, aumento del sexismo y los estereotipos de género, mayor probabilidad de ejecutar y recibir violencia, mayores niveles de psicopatología, menor uso del preservativo y conductas de riesgo en las relaciones sexuales”, ha indicado.

En menores de edad, la tendencia al alza con respecto a 2009 está presente tanto en ellos como en ellas. Los datos de 2023 apuntan a que el 97,3% de chicos y el 78,33% de las chicas menores de 18 años consume pornografía, un crecimiento exponencial si se compara con los datos de 2009 (49,2% en ellos y 7,33% en ellas). La edad a la que se produce el primer contacto con la pornografía se sitúa entre los 9 y los 11 años.

Daniel Ribeiro, de 37 años, empezó a consumir pornografía de manera asidua en su adolescencia hasta convertirse en adicción. Durante el acto de presentación narró su testimonio y explicó cómo el consumo compulsivo le llevó a no ser capaz de mirar a las mujeres sin sexualizarlas y casi socava su relación.

“Tenía alrededor de 5 o 6 años cuando vi la primera cinta de pornografía sin querer, recuerdo que salió una escena de sexo bastante dura de dos hombres con una mujer. […] A partir de ahí empiezo a ver a las mujeres de una manera sexualizante pero el verdadero problema llegó a mis 18 años, cuando me compraron mi primer ordenador y podía buscar contenido con mucha facilidad”, cuenta.

Su adicción duró varios años, pero gracias en gran parte al apoyo de su mujer pudo superarlo. “Desde hace 7 años no he consumido nada de pornografía. Estoy contento porque ahora tengo más herramientas a nivel mental y social cuando vuelve el pensamiento de volver a consumir”.

Estos últimos años también se ha visto un aumento de las infecciones de transmisión sexual (ITS) en menores de entre 14 y 18 años, unos 20.000 adolescentes y jóvenes se infectaron en 2022 de alguna ITS y a nivel nacional hay una tendencia al alza desde 2001, según datos del Centro Nacional de Epidemiología.

También en 2022 se produjo un aumento del total de los delitos contra la libertad sexual, con las agresiones sexuales (con y sin penetración) y el acoso sexual al alza, según datos del Ministerio del Interior.

El abuso sexual infantil es una de las mayores lacras sociales a nivel mundial y los datos más recientes en nuestro país así lo atestiguan. Según estudios realizados por Save the Children, entre un 10 y un 20% de la población ha sufrido algún tipo de agresión sexual durante su infancia, si bien las cifras reales son difíciles de conocer: solo el 15% de los casos se denuncian y 8 de cada 10 agresiones ocurren en el ámbito del hogar.

Son numerosas las secuelas psicológicas, emocionales y sexuales que dejan este tipo de agresiones en la infancia y las personas que lo han sufrido presentan un riesgo de suicidio 30 veces mayor que las que no y 16 veces más de probabilidad de ser nuevamente víctima de abusos.

Candela Gómez, de 31 años, abogada penalista y especialista en delitos sexuales, sufrió abuso sexual infantil continuado desde los 9 años hasta pasada la mayoría de edad por parte de un familiar cercano. Ahora se dedica a ayudar a otras personas desde que empezó su proceso de sanación.

“Mi agresor se encargó de colocarme una mochila en la espalda como la culpa, el miedo, la vergüenza y hacerme creer que todo lo que estaba viviendo era mi culpa”, cuenta sobre las agresiones que vivió en silencio durante más de 10 años.

Fue a los 26 cuando se convierte en madre por primera vez y empieza a revivir las agresiones sufridas. El malestar emocional que tenía era inabarcable y decidió acudir a un profesional a pedir ayuda.

Cuando rompió su silencio y habló con sus familiares, descubrió que su hermano y varias amigas también habían sufrido abusos por parte de su agresor. “Empecé a ir al psicólogo y me diagnosticó de trastorno de estrés postraumático por toda la violencia sexual que había sufrido en mi infancia”.

Ahora usa su voz para llevar a padres, familias e instituciones las herramientas que ella no tuvo ya que “tenemos que hacer entender a los niños que su cuerpo es suyo”.

La educación afectivo-sexual es la gran asignatura pendiente de nuestro país. El 50% de jóvenes no ha hablado nunca de Sexualidad con sus familias, el 77% nunca ha tratado el tema de la pornografía con sus padres y solo el 10% se muestra satisfecho/a con la educación recibida.

En el caso de Lluna Porta, docente y madre de dos chicos, su hijo dejó de consumir pornografía a los 17 años en un momento en el que todos sus compañeros de clase también visualizaban a diario este tipo de contenido. Explica que la comunicación abierta con su hijo ayudó a que dejara de consumir pornografía.

“Los padres tenemos el reto de educar a nuestros hijos cuando nosotros no hemos tenido educación sexual. Las familias somos clave, la mejor forma es acompañar a nuestros hijos, formarnos y hablar de consentimiento tanto a chicos como a chicas”, explica durante el acto.

No hacer del sexo un tabú, establecer una comunicación sana y fluida, dar un enfoque positivo a la Sexualidad, enseñar a pedir ayuda y decir que no a conductas de riesgo son algunas de las claves para garantizar una buena educación afectivo-sexual en los hogares.

Por todo esto, el Colegio lanza “Hablemos de… Sexualidad”, una iniciativa de impacto social que programará en los próximos meses jornadas, mesas redondas, debates y otras actividades donde intervendrán expertos y colectivos implicados en diferentes temáticas relacionadas con la Sexualidad humana con el fin de ofrecer posibles soluciones y empezar a relacionarnos sexualmente desde la empatía, el respeto, el vínculo y el cuidado.

Esta iniciativa forma parte del proyecto "Hablemos de..." que empezó en 2021 con "Hablemos de... Suicidio" y que siguió con "Hablemos de... Soledad No Deseada" (2023), y con los que se arrojó luz sobre estos dos problemas de salud pública. 

Numerosos medios de comunicación acudieron a la sede del Colegio para realizar entrevistas a José Antonio Luengo, Alejandro Villena, Lluna Porta, Daniel Ribeiro y Candela Gómez para hacerse eco de esta iniciativa y dar a conocer sus historias. 

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